Nvidia confirmó de forma oficial la adquisición de ARM por 40.000 millones de dólares

Nvidia confirmó de forma oficial la adquisición de ARM por 40.000 millones de dólares

Para Jensen Huang, la histórica oferta de Armas cimenta su ambición de suplantar a Intel
En medio de la pandemia, Nvidia Corp. el director ejecutivo Jensen Huang diseñó el mayor cambio en su empresa: una adquisición de 40.000 millones de dólares que podría consolidar su estatus como el director ejecutivo más importante de la industria de los semiconductores.
NVIDIA pagará 21.500 millones de dólares en acciones a SoftBank y 12.000 en efectivo. SoftBank tendrá así casi un 10% de NVIDIA en forma de acciones. Para facilitar el proceso, NVIDIA comentó que ARM continuará con su modelo de licencia abierta (seguirá ofreciendo su tecnología a otros fabricantes).

El que la japonesa SoftBank, dueña de ARM, lleva buscando un comprador para dicha compañía, es algo que se rumoreaba desde hace meses tal como comentamos el mes pasado y sí ha sido Nvidia la ganadora del negocio.
Y ahora Nvidia ha confirmado el hecho anunciándolo de forma oficial, aunque aún tendremos que esperar la opinión de los reguladores (puede durar unos 18 meses) para evitar caer en redes del monopolio.

ARM por un lado es una de las compañías más relevantes en el sector de fabricación de chips, tanto de computadores como de teléfonos. Entre sus clientes tenemos a Intel, AMD, Qualcomm… la empresa es tan grande que SoftBank la compró en 2016 por 31 mil millones de dólares. El motivo por el que busque un comprador ahora no es conocido, pero si lo vende por 40.000 millones, el negocio ha sido bueno.
Apple, por ejemplo, tiene un procesador basado en ARP, Microsoft lo usa en la Surface Pro X, Samsung también… con ARM en manos de Nvidia, la reina de las GPU dedicadas, tendríamos en una sola empresa el poder de las GPU y de las CPU, con amplia experiencia en ambos sectores y posibilidad de ver integraciones tremendas en un futuro.
Aún así, tendremos que esperar a ver lo que dicen los reguladores, ya que por mucho dinero que haya encima de la mesa, el miedo a dar tanto poder a una sola compañía ha hecho que muchos acuerdos retrocedan antes de hacerse efectiva.